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¿Para qué los dientes de leche?
Aún recuerdo cuando a mis hijos les salió su primer diente. En casa fue todo un acontecimiento como supongo que pasará en todos los hogares. Poco a poco a nuestro hijo se le va llenando la boca de dientecitos y a los padres nos parecen lo más mono del mundo. Pero, te has preguntado alguna vez para qué sirven estos dientes. Sí, ya sé lo que me vas a responder, que para comer y tienes razón pero tienen muchas más funciones y por eso hay que cuidarlos.
Los dientes de leche conforman el camino para el diente definitivo en su erupción, cuando los dientes definitivos se van moviendo hacia la encía provocan la reabsorción de las raíces de los dientes de leche, lo que dará lugar a su caída y posterior sustitución por el diente definitivo.
Con estos dientes temporales son con los que el niño aprenderá a hablar y a masticar, los dientes anteriores, los conocidos como paletas, son muy importantes en la creación de determinados sonidos.
Otra función de estos dientes es participar en el desarrollo de la boca y de la cara, de los músculos de la mandíbula y también participan en la formación de los huesos.
Y, por si fuera poco, también contribuyen a la autoestima del niño.
Parece increíble todo el trabajo que hacen estos dientecitos, por eso cuando a un niño se le daña o pierde alguno antes de tiempo puede tener consecuencias que no nos esperamos. Puede haber una disminución en el crecimiento y en el desarrollo de los huesos de la cara, problemas gastrointestinales, dificultades para hablar y en la comunicación, dificultades para masticar, mal posición dentaria, pérdida de espacio para dientes definitivos, procesos infecciosos o dolorosos, los tratamientos pueden ser costosos no sólo económicamente si no también psicológicamente.
Espero a estas alturas haberte convencido de lo importante que es cuidar los dientes de leche, una buena salud oral es deseable tanto para los niños como para los adultos y, aunque los dientes de leche se van a caer, algunos deben permanecer en su sitio hasta los doce o trece años. Con una buena higiene oral se pueden evitar la mayoría de los problemas y conseguir que los dientes lleguen al Ratoncito Pérez en buen estado.